La estancia de César Borgia en la corte francesa de Luis XII 2ªParte

César Borgia ya está en Francia

Siguiendo con la entrada iniciada ayer, hoy vamos a proseguir con ella, pero en este caso hablamos ya de su propia experiencia en la Corte francesa:

César se había comprometido mostrar claramente cuál iba a ser su preocupación desde ese momento: mostrarse como un príncipe del Renacimiento. Así, preparó con todo lujo la comitiva que había de acompañarle, compuesta por más de 30 miembros de la nobleza romana. Se preocupó por que la indumentaria de cada uno de ellos mostrase la magnificencia de su persona.

César viajó en barco hasta Marsella, donde llegó el día 19 de octubre tras catorce días de singladura. Desde allí continuó el viaje por tierra hasta Chinon, donde residía el monarca francés. El viaje fue largo ya que no viajó de forma directa, sino que aprovechó para tomar posesión de sus nuevas propiedades en el Valentinois. Allí fue recibido magníficamente, siendo celebrada su entrada en la ciudad como bien había ordenado el rey Luis, que quería que fuera aceptado como señor. Además, también pasó por la posesión pontificia de Aviñon otrora residencia de los papas durante muchos años del siglo XIV.

El día 19 de diciembre César hacía su entrada en Chinon, donde residía la corte francesa. Ésta quedó asombrada ante el esplendor y la magnificencia con que aparecía éste, sin duda mostrándose como un buen aspirante no sólo al ducado francés, sino también al matrimonio con la hija de un rey. Sabemos que César iba acompañado por el legado y por d’Amboise el futuro cardenal y consejero del rey. La vestimenta del duque mostraba a las claras cuán rápidamente se había olvidado del hábito eclesiástico. Vestido de negro y oro parecía más un rey que un duque. 

César fue recibido por Luis XII, quien le hizo entrega oficial del título ducal de Valentinois. Además, recibió numerosas mercedes de su nuevo señor. Al título y los bienes entregados los acompañó el privilegio de poder poner lirio regio en su escudo de armas, además de un cuantioso mando en el ejército. El monarca también le pagó todos los gastos del viaje además de enviar fondos al papa para que pudiese asegurar su protección. 

[César Borgia y Alejandro VI en la serie "Isabel" de TVE] (Fotografía extraída el 16/12/2019)
Sin embargo, la estancia de César en la corte regia se veía ensombrecida por el escaso avance en su pretendido matrimonio con Carlota de Aragón. Ésta seguía negándose a casarse con César. En esta negación influía mucho la postura de su padre. César no podía aguantar este despecho, por lo que pronto se empezó a pensar en un nuevo matrimonio. Luis XII le propuso que se casase con dos primas suyas pertenecientes a poderosas familias del sur del de Francia: Carlota de Albret hermana del rey navarro, y Germana de Foix.

Fuese quien fuese la elegida por César, éste pasaba a formar parte de las familias más poderosas de las tierras al pie de los Pirineos, y a tener como cuñados a los reyes de Navarra. César siguiendo el consejo de su padre, permitió que Carlota de Aragón le despreciase, como buen ejemplo de mantener alianza con su padre. Pero igual que había esperado pacientemente la respuesta afirmativa de Carlota rápidamente aceptó otras propuestas del rey francés, así el 10 de mayo se casaría con Carlota de Albret en el castillo real de Blis.

Sin embargo, César y Alejandro necesitaban algo más. Los grandes señoríos aseguraban el futuro de la descendencia Borgia en Francia, pero no el Estado y la política pontificia. Por ello, César consiguió el compromiso del rey francés para subyugar a los señores de la Romaña ante el poder pontificio. Eso sí César debía servir en la campaña italiana del rey francés.

Bibliografía utilizada:
  • Gónzalez Villaroel, O., “César Borgia en Francia”, Los Borgia: iglesia y poder entre los siglos XV y XVI, pp. 193-197.



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